¿Por qué el tiempo está cada vez más loco?

Hasta ahora lo del cambio climático nos sonaba a película de miedo. El ecologismo catastrofista nos viene machacando la cabeza con los males que traerá el calentamiento del planeta. Creemos que es verdad que puede haber mucho discurso exagerado sobre esta cuestión. Pero también creemos que hay cierta irresponsabilidad en quienes se lo toman a guasa.

Alguna explicación debe de tener este tiempo chiflado de inviernos raros y huracanes impropios. ¿Qué pasaría si lo del cambio climático no fuera una ficción?. Es complicado saberlo, pero está claro que las cosas serían diferentes. Es conocido que el clima terrestre cambia de forma natural desde hace millones de años.

Nuestro planeta es un auténtico invernadero espacial gracias a los gases que contiene su atmósfera, que permiten que la temperatura se mantenga dentro de unos límites que hacen posible la vida, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en Marte, donde las variaciones climáticas entre el día y la noche son de centenares de grados.

La novedad actual está en que la emisión incontrolada de gases derivados de la combustión de las energías fósiles está modificando la dirección del cambio climático producido de forma natural. Estos gases terminan rodeando la tierra y contribuyen a su recalentamiento, en un proceso de retención de energía parecido a lo que ocurre con un invernadero o con la manta que cubre una mesa con un brasero.

Tales gases mantienen caliente la baja atmósfera y la superficie terrestre, al haber una excesiva concentración de ellos. Y el resultado es que el proceso de calentamiento global que se produce con estas emisiones modifica el clima. Un informe de la Academia de las Ciencias de EE.UU planteaba la posibilidad de que la temperatura de la Tierra aumentase de forma rápida, en vez de lenta como siempre, y que se llegara en poco tiempo a un nuevo régimen climático.

El argumento del informe es el siguiente: durante los últimos cien mil años se han producido varios cambios climáticos bruscos. A finales del Younger Dryas, por ejemplo, «el clima global cambió drásticamente, entre un 30 y un 50 por ciento de la diferencia entre las condiciones de la edad glacial y las actuales, y lo hizo en muy pocos años».

El informe decía que «los cambios más drásticos en el clima se han dado en momentos en los que se estaban produciendo cambios en los factores que controlan el clima». Estos factores podrían reproducirse en la era actual debido a la cantidad excesiva de ceodós (y demás gases invernadero) que está siendo emitida a la atmósfera.

Según el informe citado, el Yonger Dryas produjo, en menos de 50 años, la desaparición de bosques enteros y de especies de animales completas, numerosos ríos se secaron y auténticas praderas se convirtieron en desiertos. Los científicos estiman que el cambio de temperatura previsto para la próxima centuria «no tiene precedentes en los últimos 10.000 años». Y aportan datos preocupantes: el Kilimanjaro ha perdido ya el 75 por ciento de su casquete de hielo, el glacial Mendenhall está comenzando a retroceder, el hielo del Ártico ha perdido un 40 por ciento su espesor, el deshielo de Groenlandia es progresivo, etcétera.

El Panel sobre el Cambio Climático de la ONU predice que a menos que las emisiones de ceodós se reduzcan, las temperaturas globales subirán 2,6 grados centígrados en 2050 y hasta 3,7 en 2100. Un estudio del mismo panel asegura, por ejemplo, que las temperaturas en España se acercarán cada vez más a las del norte de Africa, siendo las francesas como las actuales de Andalucía, y así sucesivamente. Hay que tener en cuenta que de los 16 años más calurosos desde que empezaron a hacerse registros en 1860, 15 se han producido desde 1980, y los 7 años de más calor se produjeron en la década de los 90.

A los rusos, sin embargo, les beneficiaría el cambio brusco del clima. Siberia podría ser habitable. De ahí lo poco que le importa a Putin el Protocolo de Kyoto. Más bien a ellos les va este cambio, y suspiran por el calentamiento global. En fin, que habrá o no cambio climático, pero de lo que no cabe duda es de que el tiempo está cada vez más loco. Calor en invierno, huracanes en Alemania y centroeuropa, nieves en el verano australiano, los polos derritiéndose. ¿Y si fuera verdad lo del cambio climático?