
Unos abdominales fuertes son esenciales tanto para tener una buena postura como para evitar problemas con la parte baja de la espalda y la zona lumbar. Los abdominales son también el centro de la belleza física. Cualquier persona con un estómago fino consigue un buen cuerpo.
Cada vez que se tira de algo, se flexiona, gira, cambia el peso o se balancea el cuerpo, se utilizan los abdominales para dos cosas: doblar el cuerpo y estabilizarlo. De esta forma se transfiere toda la fuerza que se quiere utilizar. Los músculos abdominales son la llave de la salud y de la belleza.
Cuando se realizan ejercicios con los músculos abdominales es especialmente importante la postura de la cabeza y del cuello. El colocar las manos detrás de la cabeza puede determinar el desarrollo de malas posturas. Hay que seguir una serie de pautas para que la postura sea la más indicada. Ha de haber un espacio entre la barbilla y el pecho.
Esta tiene que ser igual a la que ocupa el puño. La cabeza ha de mantenerse en esta posición durante todo el movimiento. Se puede colocar una toalla bajo la cabeza, para que ésta quede en la posición correcta.
Las manos se pueden situar por detrás de la cabeza pero sin cruzar los dedos. Estos son quienes soportan la cabeza. La toalla puede utilizarse como soporte en caso de no poder aguantar la cabeza con los dedos. Por último, la zona lumbar debe estar bien apoyada en el suelo, para que no haya hueco cuando se flexione el tronco.
Velocidad y movimiento
El rango de movimiento es importante. Hay que sentir la tensión de los músculos abdominales en todo el recorrido de los movimientos. En las dos fases, la concéntrica (en la que los músculos se contraen acortándose) y en la excéntrica (cuando los músculos se extienden).
La velocidad del movimiento debe ser constante y pausada y puede ir aumentándose, pero siempre ha de ser controlada. La inercia no debe sustituir al trabajo muscular.
Calentamiento y respiración
Es vital realizar un calentamiento previo antes de comenzar a trabajar el músculo. Con ello se produce un aumento de la temperatura corporal y se incrementa el fluido de la sangre hacia los músculos. Estos se hacen más eficaces y se minimiza el riesgo de lesionarse.
Pero tan importante como calentar antes de hacer ejercicio es estirar los músculos al finalizar la sesión de abdominales. Hay que llevar a cabo un estiramiento de aquellos músculos que se han utilizado en el entrenamiento. Por ello hay que realizar unos estiramientos en el cuello, juntando las rodillas con el pecho en una posición enrollada.
También hay que arquear la espalda y, tumbado hacia arriba, llevar las rodillas a un lado. En todas las fases del movimiento (antes, durante y después) hay que respirar bien. Es decir, inspirar por la nariz al relajar el músculo y espirar al contraerlo.
Eliminar la grasa
La genética tiene una importancia básica en la distribución de la grasa, factor contra el que es difícil luchar. Hay personas con tendencia a acumular su grasa de reserva directamente en el vientre. En otros casos predomina en las caderas o también puede distribuirse regularmente por todo el cuerpo.
Para mostrar unos abdominales bien esculpidos es importante perder peso. Pero es aún más importante perderlo en forma de grasa. Pesar menos y mantener o incluso aumentar la cantidad de grasa significa que no se están haciendo bien las cosas. Es así porque se elimina músculo y agua. Es algo habitual en dietas de poco ejercicio. Se adelgaza a base de perder fuerza y tener unos músculos poco tonificados. La salud cardiovascular es mala y se tienen muchas posibilidades de volver a recuperar el peso y la grasa. Esto explica que se pueda estar delgado y mostrar una antiestética tripa.