Los investigadores del Hospital General del Massachusetts (EE UU) han encontrado un nuevo inhibidor que impide la denominada angiogénesis en un tipo de cáncer cerebral denominado glioblastoma. La angiogénesis es el crecimiento de los vasos sanguíneos anormales que suministran nutrientes al tumor por lo que el estudio supone un gran avance.
Este tipo de fármacos, que «matan de hambre» el tumor, son una de las promesas de futuro contra el cáncer. Sin embargo, en la investigación –publicada en enero en la revista científica «Cáncer de Célula»–, los expertos se muestran muy cautos. Todavía está en fase muy inicial y no se puede afirmar aún nada sobre el impacto en la supervivencia total del paciente.
El inhibidor por sí sólo destruía los vasos por los que el tumor recibía los nutrientes, pero también impedía que las células normales recibieran los medicamentos. Por eso sólo resulta eficaz si se trabaja con otras terapias a la vez. De forma conjunta los resultados son bastante eficaces. El estudio muestra también cómo el inhibidor puede además aliviar los edemas que se producen en el cerebro con este tipo de cáncer, un síntoma que debilita bastante al enfermo y que hoy por hoy sólo se puede tratar con medicinas de esteroide. «Aunque estamos en fases muy preliminares parece que estos agentes pueden jugar un papel cada vez más importante en el tratamiento de pacientes cuyos tumores vuelven a aparecer y quizás también en pacientes recién diagnosticados», especifica Tracy Batchelor, autor del estudio.
El glioblastoma es la forma más maligna de tumor cerebral y tiene un pronóstico muy malo. El tratamientos estándar –que incluye la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia– puede retrasar el crecimiento del tumor, pero los pacientes por lo general sobreviven sólo entre seis meses y un año.